- Inteligencia emocional:
el ser humano es emoción. Si desde niños aprenden a ser conscientes de que cada situación suscita una emoción y que son capaces de gestionarlas, crecerán usando una erramienta fundamental para la felicidad.
- Crear un ambiente de humanidad y cooperación:
la cooperación es la base del diálogo y de la aceptación de los demás. Todos somos diferentes. Es posible aceptar a los demás y aprender de ellos. Ésto es posible a su vez, gracias a la aceptación de uno mismo.
- Desarrollo de todas las posibilidades del niño:
mostrarles a los niños que hay muchas actividades en las que se pueden sentir realizados. La actividad importante es la que les gusta, no aquella en la que son puntuados. El desarrollo de sus posibilidades es el desarrollo de su creatividad (actitud que va a ser exigida en su vida adulta).
- Pensamiento libre:
uno de los motivos de la infelicidad es aferrarse a creencias que no son nuestras, creencias que son impuestas por la sociedad. Un pensamiento libre es aquel que tu mismo creas; y esto solo es posible ti tienes la capacidad de evaluar la información antes de aceptarla sin más.
- Educación de valores:
hay que enseñarles que son válidos, hagan lo que hagan. Enseñarles que los demás son válidos, piensen lo que piensen. Ayudarles a valorar sus inquietudes, su presente y sus posibilidades.
Aprender que hay un número infinito de matices a nuestro alrededor.
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